Desde la infancia y en todas las etapas escolares, los profesionales de la visión insistimos en la importancia de observar la conducta visual del niño.
Pasar exámenes específicos, tanto en el inicio del curso como en las etapas de mayor esfuerzo visual o exigencias de aprendizaje, que normalmente coinciden con el 2º y 3er trimestre. Estos controles valorarán tanto el rendimiento visual del niño como las deficiencias funcionales que pudiera haber, y se sopesarán las diferentes opciones para tratarlas.
Con todo esto queremos desterrar algunas ideas erróneas que en ocasiones escuchamos: